Notas
1 Nota de la traductora: “haunting” viene del verbo inglés “haunt” y como señala María Tausiet en su ensayo “Mil y un fantasmas”, publicado en Revista de Libros el 05/02/2015, es intraducible al castellano. Como apunta la autora: "Más que «embrujado» o «encantado», como ha solido traducirse, «haunted» sería lo que se percibe poblado de presencias inmateriales (que a menudo parecen perseguir, vigilar o acosar, hasta el extremo de la psicosis)”. “Haunt” también, en principio, significaría «frecuentar», es decir, visitar, hacer o practicar algo constantemente, de forma repetida, con el riesgo de que dicho hábito se convierta en obsesión. Peio Aguirre, en su artículo “Los ensayos espectrales de Mark Fisher”, publicado en ctxt el 5/05/2018, señala que “to haunt” o “haunting” "en español puede traducirse como ‘el habitar de un fantasma’ o ‘espectro sobre algo o alguien”. En esta ocasión, debido a la dificultad de encontrar un término que mantenga los significados del término en inglés, hemos decidido mantener la palabra en su versión inglesa.
1 Nota de la traductora: “haunting” viene del verbo inglés “haunt” y como señala María Tausiet en su ensayo “Mil y un fantasmas”, publicado en Revista de Libros el 05/02/2015, es intraducible al castellano. Como apunta la autora: "Más que «embrujado» o «encantado», como ha solido traducirse, «haunted» sería lo que se percibe poblado de presencias inmateriales (que a menudo parecen perseguir, vigilar o acosar, hasta el extremo de la psicosis)”. “Haunt” también, en principio, significaría «frecuentar», es decir, visitar, hacer o practicar algo constantemente, de forma repetida, con el riesgo de que dicho hábito se convierta en obsesión. Peio Aguirre, en su artículo “Los ensayos espectrales de Mark Fisher”, publicado en ctxt el 5/05/2018, señala que “to haunt” o “haunting” "en español puede traducirse como ‘el habitar de un fantasma’ o ‘espectro sobre algo o alguien”. En esta ocasión, debido a la dificultad de encontrar un término que mantenga los significados del término en inglés, hemos decidido mantener la palabra en su versión inglesa.
“a veces el cuerpo es un satélite”, de Clay AD
Advertencia de contenido
Agresión sexual, mención sobre un asesinato
Ellxs [lxs doctorxs] asumen que un individuo es una entidad aislada, por lo que no reconocen el hecho de que la persona esté situada en y moldeada por un sistema familiar multigeneracional.
—Gabor Maté, 'When the Body Says No' [Cuando el cuerpo dice no].
Ejercicio #1
Enciende una vela, lleva una ofrenda (un vaso de agua, algo de comida, flores o lo que consideres apropiado), escribe el nombre del ancestro con el que quieres conectar. Puede ser un antepasado con el que te una un lazo de sangre o cierta afinidad, lxs muertxs son flexibles. Si no conoces el nombre de lx antepasadx, si adoptó otro nombre o este se traspapeló, si simplemente estás tratando de volver a contactarlx; coloca un papel en blanco y un bolígrafo delante tuyo. Deja reposar un rato esto en tu altar y mira a ver qué emerge.
Me da un poco de reparo hablar sobre “haunting”1. Incluso me da un poco de vergüenza escribir sobre ello. Viniendo de una familia protestante del medio oeste, la religión no estaba muy abierta al mundo de los espíritus. Creer era ver, como única excepción la biblia, en la que leer era creer. Como unx niñx que acudía a la ceremonia eclesiástica, escuchaba sermones sobre la trinidad —el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Pregunté a mi profesora de la escuela dominical si Jesús estaba haunting la capilla y me contestó que los fantasmas no existían, Jesús era un hijo sagrado que ahora estaba en el cielo con su padre Dios, eso era todo. Después sugirió a mis padres que dejase de leer libros de “Goosebumps” [Pesadillas].
Mi otra y única referencia sobre “fantasmas” eran las sesiones con el tablero de la ouija en secundaria con mis amigxs durante las fiestas pijama, y en las que preguntábamos sobre los flechazos y dramas de cada unx. Aún así, durante mi adolescencia, cuando estaba solx, ocasionalmente empecé a tener la sensación mientras miraba desde arriba la autopista de camino a casa de mi amigx, de que el tiempo era más una sopa que algo linear, y que dentro de este puchero había muchas partes invisibles que se movían.
Era consciente de que no podía mencionar mis experiencias en la autopista ni a mis padres ni a lxs líderes de la iglesia, por lo que prácticamente crecí evitando llamar la atención. Sin embargo, la persistencia de esta sensación, así como mi interés por la música punk me llevaron a polémicamente “dejar” la iglesia a los dieciséis. Los primeros años de la veintena estarían recorridos por Starhawk, al anarquismo, el tarot y la ciencia ficción.
Es importante dar contexto al tiempo y estado de mi cuerpo. Soy unx trabajadorx somáticx, y en octubre de 2018 participé en mi primera sesión de entrenamiento para ser practicante. Dar y recibir trabajo somático durante cinco días seguidos te coloca. La vitalidad inundó mis sistemas a través del tacto y mi estado emocional cambió después de años de dolor y tensión física y mental. Ahora estoy más acostumbradx a esta sobrecarga sensorial, pero en aquel momento parecía que literalmente mi cerebro estaba bajo la influencia de las drogas. Este estado me permitió una especie de receptividad en el soma, una apertura, y este fue también el momento en el que comencé a hacerme estas preguntas acerca de lxs muertxs.
Ejercicio #2
Haz una meditación que te funcione. Hay muchas, pero intenta encontrar el espacio en tu mente para repetir el nombre de la persona muerta o la intención de conectar con esta en el caso de que no conozcas su nombre. Fíjate un tiempo, media hora, o mejor, una hora. El tiempo suficiente como para que los sistemas corporales se adapten al espacio y al propósito. Confía en lo que vaya a venir, ya sea una asociación, una directriz (traer algo, hacer algo), una visión o nombre(s). Si no surge nada no te desanimes.
Estaba sentadx en el suelo de mi cuarto, meditando de noche, cuando presencie lo que voy a describir como una visión pero lo que también sentí como un portal:
***
Un paisaje con colinas verdes y onduladas pastos del lago, bosques, un pequeño pueblo.
Mi perspectiva estaba limitada por mi punto de vista, estaba a cuatro metro de
una piedra grande en un campo de hierba moteado por pequeñas flores blancas. A la
distancia una adolescente andaba hacia mí. Llevaba un vestido liso con un delantal blanco
que se movía con el viento suave sujetando un cubo de metal sucio, algunas flores
amarillas cortadas que cubrían el borde antes de que cruzase la piedra grande, vi a un hombre.
Tendría cuarenta y muchos años, llevaba barba, pantalones marrones, una gorra y
camiseta blanca.
Antes de que la chica pudiese darse cuenta de lo que estaba pasando, él se movió rápidamente y la agarró, forzándola a recostarse detrás de la piedra. El cubo se cayó y rodó ante mis ojos, pero la chica y el hombre estaban tapadxs y no podía verlxs. Por un momento escuché como ella peleaba y después silencio. La visión continuó y me quedé mirando al cubo que se había caído y las flores que sabía que ella también podía ver, tenía el presentimiento de que también las estaba mirando.
***
Recuerdo que estoy meditando y que no me encuentro físicamente en esa pradera. Como si una mano me agarrase y tirase de la parte trasera de mi cabeza, siento que me arrancan de ese espacio, de vuelta en mi cuarto los ojos abiertos llenos de lágrimas. Intento regular mi respiración mientras mi mente se acelera intentando comprender lo que acaba de pasar y por qué.
Al día siguiente di con la respuesta a este shock y confusión mientras escuchaba un podcast llamado ““How to Survive the End of the World” [Cómo sobrevivir al fin del mundo] de las hermanas Autumn y adrienne maree brown. En este episodio Autumn habló sobre una experiencia fundacional pero también horrorosa en la que la contactó un ancestro que viajó a través del Atlántico en un barco de esclavos. Autumn describe la angustia de estar en el barco y presenciar el terror en este, así como el shock que supuso esta experiencia.
No hago referencia a esto para equiparar nuestras experiencias, sino para señalar que esto me ayudó a entender qué es lo que había sucedido el día anterior. Me di cuenta que quizá no era una imagen horrible y realista que mi mente había creado (un miedo que sentía al irme a dormir), sino una experiencia que unx antepasadx estaba intentando compartir, un momento de trauma que todavía no había encontrado consuelo o sanación.
Ejercicio #3
Si es posible, visita el lugar de tus antepasadxs. Sus casa, tumbas y otros sitios importantes. Lleva una ofrenda contigo, un poco de agua para las plantas que ahí crecen, algo que hayas cocinado, su dulce favorito, un objeto relevante. Estate atentx a las sincronicidades, el clima, los impulsos; podría tratarse de algún tipo de comunicación.
Las investigaciones sobre epigenética demuestran que el trauma se transmite entre generaciones, que los patrones y dinámicas de conducta pueden pasarse de un miembrx de la familia a otrx a menos que se intervenga y haya una sanación. A esto añadiría que incluso viajan a través y entre lxs muertxs. Daniel Floor en su libro 'Ancestral Medicine: Rituals for Personal and Family Healing' [Medicina ancestral: rituales para una sanación personal y familiar] habla sobre “el trabajo de reparación” como una práctica a través de la cual conectar con heridas en nuestros linajes y repararlos con la dirección y guía de nuestrxs ancestros. Él no cree que nuestrxs antepasadxs estén equitativamente igual de bien, y diferencia entre “fantasmas y todavía-no-antepasadxs” de lxs antepasadxs, quienes han encontrado la paz y que al contactarlos dan guía, apoyo y amor. Esto me hace pensar que Franciska es más un fantasma, y aunque me esté enseñando mucho, ella también ha pedido ayuda, y a través de nuestro tenebroso contacto intento comprender.
Me dice que llene mi cuarto de narcisos amarillos…
Cojo las flores del jarrón y hago un anillo en el suelo del cuarto; las cabezas colocadas hacia arriba en distintos tonos dorados.
Escenario: primavera de 2019, abre con un plano del protagonistx tendido en un suelo de madera muy desgastado y bajo una cama alta de una vieja vivienda colectiva en Berlín, Alemania. A pesar de la suciedad, es un sitio acogedor. Tiene 27, con piel de melocotón y cabello decolorado; sus ojos están cerrados y su cuerpo rodeado de flores. Por las ventanas entran rayos de luz. Murmura en voz baja.
Clay: Franciska, Franciska, Franciska…
[sin lenguaje]
Franciska: Una sensación de exudación que empieza en tu cabeza y se mueve hasta alcanzar los dedos de tus pies. Sigue este recorrido con la mano por encima del cuerpo.
[Clay sigue las instrucciones]
Clay: ¿Qué necesitas?
[imagen de Franciska, nítida de las rodillas para abajo, pelo negro y largo y zapatos de cuero. Lentamente camina alrededor del cuerpo de Clay y coloca sus manos en sus hombros.]
[sin lenguaje]
Franciska: Una sensación de exudación que empieza en tu cabeza y se mueve hasta alcanzar los dedos de tus pies. Sigue este recorrido con la mano por encima del cuerpo.
[Clay sigue las instrucciones]
Clay: ¿Qué necesitas?
[imagen de Franciska, nítida de las rodillas para abajo, pelo negro y largo y zapatos de cuero. Lentamente camina alrededor del cuerpo de Clay y coloca sus manos en sus hombros.]
Clay: ¿Quieres que vaya a Schwarzenburg?
Franciska: Habla con Tommy.